Casa-Museo Guadamecí Omeya
Arte sobre piel (guadamecí califal)
Plaza Agrupación de Cofradías, 2 / 14003 (Córdoba, España).
Lunes a sábados: 11.30-13.30h. y 17.00-18.30h.
Casa-Museo Guadamecí Omeya
Arte sobre piel (guadamecí califal)
Plaza Agrupación de Cofradías, 2 / 14003 (Córdoba, España).
Lunes a sábados: 11.30-13.30h. y 17.00-18.30h.
ARTÍFICE DEL GUADAMECÍ OMEYA
José Carlos Villarejo García
José Carlos Villarejo García
El guadamecí es una técnica ancestral con la que trabajar el cuero, tan exquisita y lujosa, que de ella se sirvieron los califas para mostrar al mundo el esplendor de su poder. Perdida durante siglos, borrada en la niebla del tiempo y los hombres.
Una técnica que nació en la capital del Califato para decorar los muros de las estancias nobles de Medina Azahara, que deslumbró a las embajadas de los reinos de occidente y de oriente, convirtiéndose en fastuosos regalos reales y en objeto apreciado por los poderosos, que reclamaban el guadamecí de Córdoba para embellecer sus estancias.
Técnica
El guadamecí como técnica se dice que nació en la ciudad de Ghademés allá por el siglo VIII, como tratamiento exclusivo de los cueros a los que se doraban o plateaban.
Esta artesania se vió superada en el siglo X en la Córdoba omeya, gracias a la alquimia de los maestros cordobeses, que transformaron este trabajo sobre la piel de oveja, pasando de ser una actividad artesanal a una manifestación puramente artística, que gozaba de la mayor admiración en la época.
Estas obras de arte sobre piel plateada se caracterizan por la brillantez, el colorido, profusa ornamentación, el ferreteado abusivo (punzones con relieve que dejan su huella en el guadamecí), donde el dibujo rellena toda la superficie, sin dejar parte plateada libre.
Inspiración
La inspiración plena y rigurosa en los elementos decorativos que difundía y mostraba el guadamecí califal en su origen es evidente en nuestra obra.
Lo más característico de estos guadamecíes de la Córdoba omeya eran los dibujos vegetales o de animales permitidos, árboles que introducían sus cúpulas en el entorno del Paraíso, caligrafía cúfica que proclamaba la grandeza de Al-lāh y color, mucho color.
«Desde niño manifesté una poderosa atracción por el arte y la expresión creativa a través de los guadamecíes califales que mi tío estudiaba y se desvivió por recuperar
Esta pasión que me transmitió por este arte suntuaria ha desembocado en una prolífica producción de obras, sino también en una profundización en el estudio e investigación de las técnicas artesanales y artísticas de trabajar el cuero en la Córdoba califal.
De este modo, relevé a mi maestro Rafael García Romero al frente del museo y tras más de 15 años he impulsado la institución como centro cultural, artistico y de interpretación especializado en la ordenación, protección y difusión de la técnicas omeyas en la decoración de los cueros.
Siendo uno de los objetivos personales la divulgación de dichas técnicas y patrimonio heredado de Al-Andalus en el marco internacional, a través de encuentros, eventos, proyectos e iniciativas de gran alcance, así como a través de mi propia obra artística y mi interpretación personal de estas técnicas artesanales y artísticas andalusíes.»